En la anterior entrada de este blog tratamos de dejar
claro a qué nos estábamos refiriendo cuando, en el ámbito de la construcción y
la ingeniería, nos referíamos con el término infografía. Y tras establecer las
diferencias en la aplicación de las mismas dentro de los ámbitos con mayor
proliferación, entre ellos el ya citado y el periodismo, llegamos a la
siguiente conclusión:
Infografía es aquella imagen obtenida tras aplicar a
un modelo en tres dimensiones generado por un software informático, una serie
de cálculos que simulan el comportamiento real de la luz, los materiales, o las
texturas, bien a través del mismo programa de modelado, o a través de uno externo.
Puestos ya en situación podemos profundizar en el
tema.
Antes de entrar en los tres procesos que a grandes
rasgos componen la elaboración de una infografía de estas características,
modelado, renderizado y postproducción, para los cuales publicaremos sendos posts
en próximas semanas, sería conveniente comentar cuáles son las aplicaciones que
en el ámbito de la ingeniería y la construcción podemos dar a las mismas.
A priori podríamos considerar que un render no tiene
más utilidad que la de servir de añadido meramente ornamental o decorativo a un
proyecto de ingeniería o construcción; y en honor a la verdad habría que decir
que por desgracia en buena parte de los casos es así. Si bien es cierto que esta
situación no hace que las infografías se infravaloren, pues al fin y al cabo la
simple aparición de una infografía de proyecto parece dotarle a éste de ese
añadido tan apreciado en la sociedad de la imagen presente, el considerar que
únicamente tienen esta aplicación conduce a infrautilizarlas, a no
aprovecharlas convenientemente. Para poder desarrollar todo su potencial, y por
tanto poder servirnos del mismo, este tipo de imágenes debe ser tratado como
una herramienta más de trabajo que a su vez puede combinarse con todas aquellas que son de utilidad en el
desarrollo de un proyecto.
¿De qué forma pueden sernos útiles? La forma más
inmediata de darlas una mayor utilidad es considerar que éstas pueden
permitirnos adelantarnos en el tiempo y ver el resultado que pretendemos
obtener. De hecho hasta hace algún tiempo, hasta que se desarrolló un mayor
número de software y aplicaciones informáticas, así como sus prestaciones para
este fin, esta labor era desempeñada por las maquetas físicas que todos
conocemos. Representaciones a escala y en diferentes materiales, pero siempre
tangibles, de aquello en lo que estamos trabajando. Obviamente, y debido al
tiempo necesario para poder completarlas, sobre todo en función del nivel de detalle
y los costes, las maquetas físicas quedaban relegadas a representar el
resultado final únicamente como forma de mostrar a los demás que todos los
cálculos, planos, presupuestos y consideraciones técnicas que componen un
proyecto podían verse antes de acometer las obras. Aunque también es cierto que
sería un error considerar que el maquetismo físico sólo tiene este fin, pues es
bien conocido que los proyectistas pueden valerse de las mismas para realizar
estudios de luz, sombra, volúmenes o materiales a la hora de concebir el diseño
final, aunque evidentemente con muchas limitaciones. Por otro lado las maquetas
físicas han sido utilizadas tradicionalmente para trabajos de arquitectura y
urbanismo, y en mucha menor medida en ingeniería civil o interiorismo.
La infografía frente a la maqueta física. |
En cierto modo podemos decir que la infografía viene a
suplir las limitaciones de una maqueta física, tanto en las características de
la misma, sus posibilidades y los campos de aplicación; y aquí es cuando éstas
cobran una mayor importancia como herramienta de trabajo. Sin requerir de un
plazo largo de tiempo y con una inversión no necesariamente alta, podemos
obtener infografías de nuestro proyecto (de cualquier proyecto) en cualquier
fase del mismo. Las ventajas que este hecho tienen son varias:
En lo que al diseño se refiere, aunque un proyectista
experimentado ya reunirá todos aquellos conocimientos, experiencias, e incluso
intuiciones necesarias para resolver estas cuestiones, la infografía permite
realizar, por ejemplo, estudios de soleamiento realistas adaptados al lugar, e
incluso a la época del año, obtener una aproximación casi real del impacto
visual que nuestra obra va a tener el entorno, permitiendo decidir qué sistemas
son más apropiados para conseguir una mayor integración o analizar la
conveniencia estética de los diferentes materiales y soluciones adoptadas. La utilidad en este sentido es clara: el
proyectista podrá ver cómo será un diseño que en principio sólo está en el
papel y en su mente, y podrá introducir aquellos cambios que crea convenientes,
o incluso decidir entre diferentes opciones, de forma que aquel diseño que de
por bueno ya habrá podido ser visualizado en su entorno, con sus materiales, con
sus luces, con sus volúmenes y con todos aquellos cambios que hayan sido
necesarios introducir hasta dar con un resultado satisfactorio y adaptado a sus
expectativas. En definitiva, la infografía va a ayudar al diseñador a tomar
decisiones sobre su creación mientras la está concibiendo.
Una utilidad consecuencia de la anterior es el hecho
de poder hacer partícipe al cliente, siempre que eso sea posible o deseable, en
la toma de decisiones. De hecho campos como el del interiorismo han encontrado
en la infografía una herramienta imprescindible en esta dirección. Nada puede
sustituir la practicidad que tienen este tipo de imágenes a la hora de poder
mostrar al cliente, por ejemplo, cómo quedará la reforma de un local o una
vivienda. Y ningún otro método podrá permitir al mismo introducir aquellos
cambios que en función de sus gustos, necesidades, o impresiones crea
convenientes al ver de forma previa el resultado; de forma que el diseño final
se ajustará no sólo a las consideraciones del técnico, sino también a las de
aquel a quien va dirigido.
En definitiva esta herramienta nos va a permitir
introducir todas aquellas variaciones de diseño, geométricas, estéticas, en
materiales, orientaciones, luces, sombras o condicionadas al entorno, sin
necesidad de esperar a que éste se lleve a cabo y por tanto pueda ser demasiado
tarde.
Pero no sólo eso. En los últimos años la gestión de
proyectos ha cobrado una vital importancia en la construcción, y fruto de esta
situación el software BIM han adquirido un mayor protagonismo frente a los
sistemas CAD. Un sistema BIM (Modelado con Información para la Construcción) a
grandes rasgos va a permitir diseñar un proyecto de forma tridimensional desde
el principio (a diferencia de las dos dimensiones de los sistemas CAD), pero
incorporando la ventaja de que a cada elemento utilizado en el modelado se le
va a añadir una información que será de utilidad a la hora de, por ejemplo,
cubicar, calcular costos, determinar fases de trabajo, completarlas, hacer
revisiones de precio o reducir las posibilidades de error.
Como complemento a estas prestaciones es obvio que
podremos obtener infografías del resultado de cada fase de trabajo o ilustrar
los procesos constructivos, lo que sirve de gran utilidad a la hora de
anticiparnos, por ejemplo, a la disposición de acopios de material y de la
maquinaria involucrados, de los diferentes sistemas de seguridad y protección
para los trabajadores, o sirviendo incluso como material didáctico o
ilustrativo en las explicaciones que habrá que dar a los diferentes agentes que
tomen parte en la construcción. Tal es el grado de compatibilidad en este
sentido que la inmensa mayoría de softwares de este tipo cuentan ya con
sistemas de exportación y comunicación con los programas de modelado y
renderizado más habituales, si es que no cuentan ya (aunque con un potencial
menor) con módulos de renderizado ya integrados en los mismos.
Ejemplo de infografías para la representacióndel proceso constructivo de un proyecto. |
Arquitectura, urbanismo, paisajismo, interiorismo,
infraestructuras viales, ferroviarias, aeroportuarias, marítimas o hidráulicas,
diseño de productos. El espectro de campos de aplicación supera, y en mucho, a
las que tradicionalmente se destinaba el maquetismo físico. Estudios de
soleamiento, luces, sombras, materiales, situación, impacto visual, integración
en el entorno, acabados, modificaciones, incorporación de elementos no
previstos, hacer partícipe al cliente, poder elegir entre diferentes opciones,
ilustrar los procesos constructivos y sus elementos involucrados, mostrar los
resultados de cada fase de proyecto, elaborar material didáctico para los
mandos y trabajadores o material visual para su utilización en presentaciones
técnicas y comerciales, poder decidir, explicar, ilustrar y mostrar qué
hacemos, por qué lo hacemos y cómo hemos llegado a hacerlo. Sus posibilidades, como vemos, distan mucho
de ser únicamente “la guinda del pastel” que utilizamos para coronar
gráficamente un proyecto.
En definitiva, la infografía como herramienta de
trabajo.
Más en www.infografiaydelineacion.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario