sábado, 21 de diciembre de 2013

LA INFOGRAFÍA COMO HERRAMIENTA DE TRABAJO



En la anterior entrada de este blog tratamos de dejar claro a qué nos estábamos refiriendo cuando, en el ámbito de la construcción y la ingeniería, nos referíamos con el término infografía. Y tras establecer las diferencias en la aplicación de las mismas dentro de los ámbitos con mayor proliferación, entre ellos el ya citado y el periodismo, llegamos a la siguiente conclusión:

Infografía es aquella imagen obtenida tras aplicar a un modelo en tres dimensiones generado por un software informático, una serie de cálculos que simulan el comportamiento real de la luz, los materiales, o las texturas, bien a través del mismo programa de modelado, o a través de uno externo.

Puestos ya en situación podemos profundizar en el tema.

Antes de entrar en los tres procesos que a grandes rasgos componen la elaboración de una infografía de estas características, modelado, renderizado y postproducción, para los cuales publicaremos sendos posts en próximas semanas, sería conveniente comentar cuáles son las aplicaciones que en el ámbito de la ingeniería y la construcción podemos dar a las mismas.

A priori podríamos considerar que un render no tiene más utilidad que la de servir de añadido meramente ornamental o decorativo a un proyecto de ingeniería o construcción; y en honor a la verdad habría que decir que por desgracia en buena parte de los casos es así. Si bien es cierto que esta situación no hace que las infografías se infravaloren, pues al fin y al cabo la simple aparición de una infografía de proyecto parece dotarle a éste de ese añadido tan apreciado en la sociedad de la imagen presente, el considerar que únicamente tienen esta aplicación conduce a infrautilizarlas, a no aprovecharlas convenientemente. Para poder desarrollar todo su potencial, y por tanto poder servirnos del mismo, este tipo de imágenes debe ser tratado como una herramienta más de trabajo que a su vez puede combinarse  con todas aquellas que son de utilidad en el desarrollo de un proyecto.

¿De qué forma pueden sernos útiles? La forma más inmediata de darlas una mayor utilidad es considerar que éstas pueden permitirnos adelantarnos en el tiempo y ver el resultado que pretendemos obtener. De hecho hasta hace algún tiempo, hasta que se desarrolló un mayor número de software y aplicaciones informáticas, así como sus prestaciones para este fin, esta labor era desempeñada por las maquetas físicas que todos conocemos. Representaciones a escala y en diferentes materiales, pero siempre tangibles, de aquello en lo que estamos trabajando. Obviamente, y debido al tiempo necesario para poder completarlas, sobre todo en función del nivel de detalle y los costes, las maquetas físicas quedaban relegadas a representar el resultado final únicamente como forma de mostrar a los demás que todos los cálculos, planos, presupuestos y consideraciones técnicas que componen un proyecto podían verse antes de acometer las obras. Aunque también es cierto que sería un error considerar que el maquetismo físico sólo tiene este fin, pues es bien conocido que los proyectistas pueden valerse de las mismas para realizar estudios de luz, sombra, volúmenes o materiales a la hora de concebir el diseño final, aunque evidentemente con muchas limitaciones. Por otro lado las maquetas físicas han sido utilizadas tradicionalmente para trabajos de arquitectura y urbanismo, y en mucha menor medida en ingeniería civil o interiorismo.
La infografía frente a la maqueta física.
 En cierto modo podemos decir que la infografía viene a suplir las limitaciones de una maqueta física, tanto en las características de la misma, sus posibilidades y los campos de aplicación; y aquí es cuando éstas cobran una mayor importancia como herramienta de trabajo. Sin requerir de un plazo largo de tiempo y con una inversión no necesariamente alta, podemos obtener infografías de nuestro proyecto (de cualquier proyecto) en cualquier fase del mismo. Las ventajas que este hecho tienen son varias:

En lo que al diseño se refiere, aunque un proyectista experimentado ya reunirá todos aquellos conocimientos, experiencias, e incluso intuiciones necesarias para resolver estas cuestiones, la infografía permite realizar, por ejemplo, estudios de soleamiento realistas adaptados al lugar, e incluso a la época del año, obtener una aproximación casi real del impacto visual que nuestra obra va a tener el entorno, permitiendo decidir qué sistemas son más apropiados para conseguir una mayor integración o analizar la conveniencia estética de los diferentes materiales y soluciones adoptadas.  La utilidad en este sentido es clara: el proyectista podrá ver cómo será un diseño que en principio sólo está en el papel y en su mente, y podrá introducir aquellos cambios que crea convenientes, o incluso decidir entre diferentes opciones, de forma que aquel diseño que de por bueno ya habrá podido ser visualizado en su entorno, con sus materiales, con sus luces, con sus volúmenes y con todos aquellos cambios que hayan sido necesarios introducir hasta dar con un resultado satisfactorio y adaptado a sus expectativas. En definitiva, la infografía va a ayudar al diseñador a tomar decisiones sobre su creación mientras la está concibiendo.

Una utilidad consecuencia de la anterior es el hecho de poder hacer partícipe al cliente, siempre que eso sea posible o deseable, en la toma de decisiones. De hecho campos como el del interiorismo han encontrado en la infografía una herramienta imprescindible en esta dirección. Nada puede sustituir la practicidad que tienen este tipo de imágenes a la hora de poder mostrar al cliente, por ejemplo, cómo quedará la reforma de un local o una vivienda. Y ningún otro método podrá permitir al mismo introducir aquellos cambios que en función de sus gustos, necesidades, o impresiones crea convenientes al ver de forma previa el resultado; de forma que el diseño final se ajustará no sólo a las consideraciones del técnico, sino también a las de aquel a quien va dirigido.

En definitiva esta herramienta nos va a permitir introducir todas aquellas variaciones de diseño, geométricas, estéticas, en materiales, orientaciones, luces, sombras o condicionadas al entorno, sin necesidad de esperar a que éste se lleve a cabo y por tanto pueda ser demasiado tarde.

Pero no sólo eso. En los últimos años la gestión de proyectos ha cobrado una vital importancia en la construcción, y fruto de esta situación el software BIM han adquirido un mayor protagonismo frente a los sistemas CAD. Un sistema BIM (Modelado con Información para la Construcción) a grandes rasgos va a permitir diseñar un proyecto de forma tridimensional desde el principio (a diferencia de las dos dimensiones de los sistemas CAD), pero incorporando la ventaja de que a cada elemento utilizado en el modelado se le va a añadir una información que será de utilidad a la hora de, por ejemplo, cubicar, calcular costos, determinar fases de trabajo, completarlas, hacer revisiones de precio o reducir las posibilidades de error.
Como complemento a estas prestaciones es obvio que podremos obtener infografías del resultado de cada fase de trabajo o ilustrar los procesos constructivos, lo que sirve de gran utilidad a la hora de anticiparnos, por ejemplo, a la disposición de acopios de material y de la maquinaria involucrados, de los diferentes sistemas de seguridad y protección para los trabajadores, o sirviendo incluso como material didáctico o ilustrativo en las explicaciones que habrá que dar a los diferentes agentes que tomen parte en la construcción. Tal es el grado de compatibilidad en este sentido que la inmensa mayoría de softwares de este tipo cuentan ya con sistemas de exportación y comunicación con los programas de modelado y renderizado más habituales, si es que no cuentan ya (aunque con un potencial menor) con módulos de renderizado ya integrados en los mismos.
Ejemplo de infografías para la representacióndel proceso constructivo de un proyecto.
Visto así ha quedado claro que la infografía no está relegada únicamente a ver un resultado final. Sino que ésta puede intervenir en la toma de decisiones, en la gestión, y en los cambios que conducen a dicho resultado. Por eso la infografía pasa de convertirse en un fin, a ser un medio. Y así es como deberían ser tenidas en cuenta en el sector.

Arquitectura, urbanismo, paisajismo, interiorismo, infraestructuras viales, ferroviarias, aeroportuarias, marítimas o hidráulicas, diseño de productos. El espectro de campos de aplicación supera, y en mucho, a las que tradicionalmente se destinaba el maquetismo físico. Estudios de soleamiento, luces, sombras, materiales, situación, impacto visual, integración en el entorno, acabados, modificaciones, incorporación de elementos no previstos, hacer partícipe al cliente, poder elegir entre diferentes opciones, ilustrar los procesos constructivos y sus elementos involucrados, mostrar los resultados de cada fase de proyecto, elaborar material didáctico para los mandos y trabajadores o material visual para su utilización en presentaciones técnicas y comerciales, poder decidir, explicar, ilustrar y mostrar qué hacemos, por qué lo hacemos y cómo hemos llegado a hacerlo.  Sus posibilidades, como vemos, distan mucho de ser únicamente “la guinda del pastel” que utilizamos para coronar gráficamente un proyecto.

En definitiva, la infografía como herramienta de trabajo.

s en www.infografiaydelineacion.com



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